sábado, 20 de febrero de 2016

EDUARDO CHIRINOS: NECESIDAD DE VOS


Queridos amigos:

Eduardo Chirinos, el extraordinario poeta peruano de la generación del 80, se nos fue el 17 de febrero de 2016. Ensayista, colaborador cultural en la prensa, profesor universitario, poeta.
Se nos fue. Así, sin más. Como si no pasara nada, como si  cuando un poeta desapare el mar siguiera latiendo al mismo ritmo y la tierra girara exactamente a la misma velocidad.



Eduardo Chirinos


Pero yo creo que no es así. Algo ha cambiado ahora. Eduardo, algo se ha movido. Y tus versos, amigos, siguen resonando.

 Eduardo Chirinos ganó a la largo de su vida y de sus poemarios reconocidos premios, resaltemos nuestro Premio de Poesía Generación del 27 en 2009  por   Mientras el lobo está o el Premio Casa de América de Poesía Americana, 2001 por Breve historia de la música. Reivindicó grandemente la poesía hispanoamericana a la que creía silenciada, así en su ensayo La morada del silencio publicado en Lima por Fondo de Cultura Económica en 1998.


Queridos amigos, os invito a disfrutar de su poesía. Eduardo Chirinos, poeta de voz única, elevada, elegante, amante de los clásicos siempre, innovador por derecho propio. Delicioso escritor, delicioso.

Leamos esta breve selección poética que le dedico como un humilde homenaje. 

 
Pavel Antipov


 El siguiente poema está dedicado a uno de nuestros poetas de la generación del 27: Pedro Salinas. Nuestro amado poeta que con su provocador gesto antirromántico nos enamoró y nos sigue enamorando a todos, como nos muestra Eduardo Chirinos, en un momento de comunicación y comunión poética elevado, profundo e inigualable.


Samy Charnine

Junto a la tumba de Salinas
Un pequeño saurio atraviesa la tumba de Salinas,
husmea el óxido que mancha la blancura del mármol
y se oculta rápidamente entre la hierba.
Entonces lo contemplo.
Qué de besos perdidos frente al mar,
qué de labios bebiendo sus gotas azules,
qué de cielos nunca hollados, fortalezas
donde el amor se rindió a los abrazos de nadie.
Nadie, Salinas, buscando entre sombras un cuerpo desnudo,
nadie en las palabras que alguna vez ardieron por nosotros.

 
 
Paul Laurenzi



Yo también me enamoré con tus poemas.
Ellos sabían lo que habría de ocurrirme, me leía en ellos,
pero tú plagiaste mi vida, la dignificaste, la hiciste del revés.
¿Mereces entonces el perdón?
Ahora que estás bajo un cielo verdadero,
devorado por los insectos de la tierra, pronombre
encadenado a la carne de unos besos que yo di por ti,
te ofrezco estas flores.
Acéptalas,  Salinas, como un homenaje de quien quiso creer
y vivió feliz en el fecundo engaño.


 
Pavel Antipov


El siguiente y sorprendente poema supone un homenaje a la admiración que Chirinos sentía por los poetas clásicos españoles, como Garcilaso de la Vega.  
 
 
Samy Charnine


Tomando en su sentir la égloga I de Garcilaso, Eduardo Chirinos se deja nuevamente imbuir por la voz de uno de los grandísimos poetas consagrados, cuya voz resuena en la suya y así las almas de ambos se encuentran y también la nuestra sabe y se siente una con la poesía, gracias a estos versos.
 
 
Samy Charnine
 

La tranquilidad es un campo de arena

El mar,
las piedras, algunas gaviotas,
gaviotas blancas, grises, de pico anaranjado,
maderos rotos,
moscas sobrevolando el cadáver de un lobo marino
(hermoso animal varado por las aguas) corrientes aguas, puras,
cristalinas
y una toalla húmeda secando nuestros pies


Samy Charnine



("La tranquilidad es un campo de arena", escribí en la inmensa
soledad de estos parajes.
"Moles de arcilla y concha han resistido al furioso embate de las
aguas, al furioso embate de estas mismas aguas
donde ahora me entristezco y canto.")

.

Samy Charnine



¿Y yo qué he de cantar?
El dulce lamentar del s. XVI en un paraje salino
(rocas peladas y no verduras en las eras);
el triste cantar de dos pastores en las playas del sur
(murmullo solitario de las aguas y no silencio de la selva umbrosa),
idénticos espacios para ejercer el oficio
do natura o menester me inclinan.

 
Pavel Antipov



"Aves y peces han condicionado sus cuerpos para habitar este lugar.
Aves y peces han evolucionado en el curso de los tiempos
para enterrar por siempre
sus huesos en la arena."



Samy Charnine


Es así como la muerte anuncia el nacimiento y vuelven, ambas,
al punto de partida,
y las estaciones y los calendarios no son más que piezas
distintas de un mismo tablero y estas aguas son, amor,
las mismas aguas que vienes observando en algún lugar del
mundo
donde jamás habrás de ver lo que yo veo:



Pavel Antipov


El mar,
las piedras, ¿algunas gaviota?
gaviotas blancas, grises, de pico anaranjado,
maderos rotos,
moscas sobrevolando el cadáver de un hermoso animal varado
por las aguas.


 
Pavel Antipov



En los dos siguientes poemas, Chirinos conversa con dos animales, los escucha, los entiende y busca que le entiendan. A través de ellos, de la naturaleza, de su esplendor y poderoso fulgor nos acerca a la esencia del ser humano, de la creación. ¿No sentís un elevado  llanto místico?

 
Lu Liang


Okapi herido de muerte
Desde hace años me persigue ese título
«Okapi herido de muerte».

Debo haberlo leído de niño.
Hojeando las páginas de un álbum,
o las figuras de un libro de animales.

Guardo conmigo la escena.
El zarpazo felino
un fondo de acacias
y el terror de la víctima
tratando de huir, inútilmente.

Raro animal el okapi.
Indeciso entre cebra y jirafa. Temeroso
y nocturno, en peligro de extinción.

Cuando fui a verlo al zoo de Berlín
se acercó desde la página remota
y me dijo en secreto:

«aún estoy herido de muerte».


 
Claudio Magrassi


Bisontes
Antaño los bisontes manchaban la llanura
de un claro y suave marrón.

Sus pezuñas hollaban sin miedo esta hierba.
Era su casa. Su vasto
dominio que nadie se atrevía a profanar.

Los veranos
migraban hacia el norte donde el sol se apaga.
Los inviernos hacia el sur
donde languidecen las estrellas.

Camino a Montana he visto bisontes.
Lejanos y míticos bisontes aguardando una
estampida,
un estrépito de pájaros, un canto de guerra.

Si hubo algún Dios en estas tierras
debió tener cara de bisonte.


 
Pintura rupestre de las cuevas de Altamira




En este otro poema el escritor explica líricamente su visión del mito clásico de Ariadna, pero la de sus propias carnes.

Biografía de un noche cualquiera


Atravesar un pasadizo a oscuras,
palpar la tibia humedad de sus paredes, su babosa suavidad
de recto laberinto. Hacia el fondo una luz. Gritas
pero nadie escucha tu grito. Tiemblas,
pero nadie siente tu temblor. Tienes miedo.
Tú que nunca lo tuviste, ahora tienes miedo. 


 
Jolene Lai



Has tropezado a ciegas con obstáculos, has encendido inútiles
antorchas, has maldecido y orado y vuelto a maldecir.
Tus dedos se aferran al hilo conductor. Ese hilo
es una larga vena en la que corre tu sangre;
estás atado al punto de partida,
pero algo más fuerte te impide volver.




Pavel Antipov



("¡Ariadna!, tú que ideaste este ardid, dime ahora cómo salgo
de este laberinto, dime
cómo he de palpar estas paredes sin rasgarme las manos,
cómo es que hay un afuera que me atrae como al suicida el
vacío. Ariadna, tú que alimentaste amargamente mis deseos, tú
que me creaste para concebir contigo, dime
qué horrenda verdad se oculta bajo esta ciega luz, qué palabras
moverán las columnas de este palacio derruido, qué voz
arrullará mi sueño cuando retorne al sueño.
No dejes, Ariadna, que se corte el hilo que me ata a tu vientre,
no permitas
que el negro dolor se apodere de tu cuerpo y me destruya.")
Ya es de noche.
El viento mueve con furia las copas de los árboles, escuchas
sonidos inútiles y un breve jadeo índica que todo está bien,
no tienes de qué preocuparte.




Pavel Antipov



Este otro poema nos cuelve a retrotraer a los grandes mitos clásicos, a las figuras prodigiosas de los animales como símbolos y enseñanza de la naturaleza. Todo ello para hablarnos de nuestro más íntimo sentir: el amor, la soledad, la distancia, la pena... el amor.



Kristi Ropeleski


Cuando nos ronda la muerte

Un león llorando
tras las naves incendiadas. El fuego
del incendio.
¿Qué león?,
¿qué naves incendiadas? Toda

separación es muerte: la carne
que amamos, los ojos, los cabellos,
la deseada piel. El tiempo

nos expulsa de lo que alguna
vez fue nuestro. El tiempo
incendia, el tiempo desvanece.
Y el poema dice su verdad.

Aunque nunca lo escuchamos
el poema arranca nuestros ojos

y dice en voz baja su verdad.



Kristi Ropeleski



En el siguiente poema, el tono conversacional, cercano, el amor, el desencuentro en las relaciones y la voz herida que dignamente reclama su autonomía se muestra tan vulnerable que se desmiente a sí misma cuando presume de olvido.
 
Pavel Antipov
 
Arreglo de cuentas
Desde hace cuarenta años (cuarenta y siete
para ser más exactos) te sigo como el animal
a su presa. Aunque si pudieras leer te reirías:
tú has sido siempre el animal y yo la presa.
Pero entonces no me habían asignado ningún
nombre, era sólo un número de cuarto
y las cosas aquello que la luz decidía. Y esa luz
pudo apagarse (como aún hoy lo sigue haciendo).





Arina




Tú en cambio tienes nombre de prosapia, y un
apellido que disfrutan las artes más gloriosas.
La pintura por ejemplo. Viajaste a tus anchas
por mi cuerpo, intentaste destruirlo, pero no
hiciste un buen trabajo: el fastidio que me queda
es imperceptible. Ahora estamos en igualdad
de condiciones. Los tuyos siguen dando vueltas
por ahí, pero ya no me importa. No pueden
hacerme ningún daño. Preguntarás por qué
te sigo. No es tan simple. Te debo el milagro
de la música, te debo el pudor ensimismado
que algunos confunden con desdén. Te debo
el amor por el silencio y el amor por las palabras.
Ahora ya lo sabes. Te sigo porque nunca te quise.



Pavel Antipov


Observemos de nuevo esa andadura coloquial, cotidiana, que sin parecerlo, como si se tratara de palabras pensadas al azar, nos llegan al tuétano del sentir. El amor.

 
Paul Laurenzi



Fragmentos de una alabanza inconclusa
  
Debe haber un poema que hable de ti,
un poema que habite algún espacio donde pueda hablarte sin
cerrar los ojos,
sin llegar necesariamente a la tristeza.
Debe haber un poema que hable de ti y de mí.
Un poema intenso, como el mar,
azul y reposado en las mañanas, oscuro y erizado por las noches
irrespetuoso en el orden de las cosas, como el mar
que cobija a los peces y cobija también a las estrellas.
Deseo para ti el sencillo equilibrio del mar, su profundidad y su
silencio,
su inmensidad y su belleza.


Samy Charnine


Para ti un poema transparente, sin palabras difíciles que no
puedas entender,
un poema silencioso que recuerdes sin esfuerzo
y sea tierno y frágil como la flor que no me atreví a enredar
alguna vez en tu cabello.
Pero qué difícil es la flor si apenas la separamos del tallo dura
apenas unas horas,
qué difícil es el mar si apenas le tocamos se marcha lentamente
y vuelve al rato con inesperada furia.
No, no quiero eso para ti.
Quiero un poema que golpee tu almohada en horas de la noche,
un poema donde pueda hallarte dormida, sin memoria,
sin pasado posible que te altere.



Paul Laurenzi


Desde que te conozco voy en busca de ese poema,
ya es de noche. Los relojes se detienen cansados en su marcha,
la música se suspende en un hilo donde cuelga tristemente tu
recuerdo.
Ahora pienso en ti y pienso
que después de todo conocerte no ha sido tan difícil como escribir
este poema.



Paul Laurenzi



 ¿Alguna vez os habéis sentido como un equilibrista fascinante para los demás? ¿Con el miedo interior acallado, con el vértigo a flor de ojos?


El equilibrista de Bayard Street 


Para Roxana y Jorge, que las han visto


Camina de puntas el equilibrista de Bayard Street,
evita el abismo la mirada y arranca de cuajo toda pretensión,
¿de qué sirven el heroísmo, la grandeza, el entusiasmo?
Poca cosa es la vida para el equilibrista de Bayard Street,
poca la indulgencia de llegar al otro lado y repetir cien veces
la misma operación.


 
Greg Lahti



Una mujer lo observa sin asombro,
tras la ventana acaricia el cabello de sus hijos
y turba con su canto los oídos del equilibrista de Bayard Street.
Los vecinos lo ignoran, beben latas de cerveza, conversan
hasta altas horas de la noche,
¿quién repararía en tan inútil prodigio?



 
Greg Lahti


Sólo los niños señalan con el dedo al equilibrista de Bayard Strccf
ellos lo admiran, contienen la respiración y aplauden hasta
espantar a los gatos.
Una iglesia presbiteriana es el orgullo de Bayard Street;
fue construida a principios de siglo y tiene torre y campanario.
Fija la mirada avanza hacia la iglesia el equilibrista de
Bayard Street.




Pavel Antipov



Su esposa ha preparado una pierna de pollo, ensalada de
tomates y un plato de lentejas,
con suerte harán el amor esta noche y tendrán un instante de
feroz alegría.




Greg Lahti



Es muy joven la esposa del equilibrista de Bayard Street;
es ella la encargada de tensar la cuerda, la que mide la
distancia entre la ventana y la torre, la que tiene
rostro de heroína de novela de amor.
A nada le teme el equilibrista de Bayard Street,
pero hace varias noches que no duerme;
dicen que soñó que sus zapatillas colgaban de la cuerda
mientras los niños esperaban que se despanzurrara de una
vez el equilibrista de Bayard Street.



 
Pavel Antipov


 El tema bíblico, el tono profético del siguiente poema nos sitúan en la metáfora terrible de los tiempos de desolación, donde tanta es la soledad, la vaciedad de los profundos valores humanos y sociales que se nos aparece terrible la verdad: los profetas definitivamente han muerto.
 
Pavel Antipov


Retorno de los profetas

Para Antonio Claros

El sol se hará oscuro para ellos
pero pronto han de volver.
 
 Miqueas III,6



Samy Charnine


Los profetas han muerto.

Cuernos de guerra anuncian la pronta llegada de la peste,
nuevos tiempos de miseria y escasez.

 
Lu Liang


El campo de batalla está desierto, el cielo se oscurece, la infinita
rueda se ha quebrado.
Dicen que ángeles bellos y monstruosos nos vigilan
pero ya no tenemos ojos para verlos.

 
Samy Charnine


Los profetas han muerto.
Atrás los sucios velos que ocultaron la verdad de nuestros rostros,
las ramas que ocultaron la Serpiente cuando rogamos placer
y nos dieron a cambio la resignación.
Textos venerables son ahora pasto de las llamas,
sólo la lechuza mira con indiferencia la corona
que rueda a los pies del más miserable de los dioses.


Samy Charnine

Sólidas estatuas se arrodillan, gimen, se arrancan los cabellos,
los mástiles que antaño sujetarán los más bravos marinos
golpean la memoria de los dioses que quedan,
¿a quién debemos acudir cuando nos coja la peste?
Los mendigos del reino asaltan los jardines, desprecian los
oráculos, reparten por igual sus pertenencias.
Los nobles del reino conservan sus arcas, sus vinos, sus mujeres,
el miedo que gobierna la implacable voluntad de los presagios. 

 
Samy Charnine


Los profetas han muerto.
Nadie ahora nos engaña, nadie nos confunde, nadie
nos dice la verdad, y estamos solos.
Estamos solos esperando la señal que nos indique
dónde hemos de ir para honrar con dolor a los profetas.

 
Samy Charnine


En fin, amigos, espero que hayáis disfrutado de esta intensa balada de amor, dolor y contemplación del mundo en la profundidad solo destinada a unos pocos, a "los elegidos por la poesía", como le gustaba románticamente considerarse a Eduardo Chirinos.

Eduardo Chirinos, gracias por tu corazón y tus versos. No podrá pasar un día sin recitarlos. En ellos sigues vivo.

 ...

sábado, 13 de febrero de 2016

IDEA VILARIÑO: UNA POETISA URUGUAYA GIGANTE


Queridos amigos:

Me gustaría compartir con vosotros los versos de Idea Vilariño. Esta poetisa uruguaya, fue una mujer intelectual nacida en 1920, profesora, crítica literaria, traductora -especialista en Shakespeare-, pero ante todo, amante de la poesía y extraordinaria creadora. 

 
Idea Vilariño


La apasionada entrega a su amante, un delicuescente erotismo, el dolor ante los desencuentros amorosos, la intensa visión de la luz en la contemplación espiritual de la vida... temas que conforman su creación con una voz única, potente, a la par que delicada y sutil, femenina, frágil.
  

Idea vilariño, una de las integrantes de la uruguaya generación del 45


Hereda el sentimiento doliente de los románticos y de los modernistas y también de ellos el reflejo de sus emociones en la naturaleza a la que retrata con exquisito primor.


Nuestra poetisa de pie en la fotografía, ¿reconocéis a Pablo Neruda, a su izquierda, rodeándola con el brazo? Y a nuestra izquierda, en el extremo de la fotografía, su compatriota, otro gigante de la literatura, Mario Benedetti


Se nos fue en 2009, pero nunca se nos irá del todo. Estoy segura de que compartiréis esa sensación conmigo cuando disfrutéis de sus maravillosos versos.



Idea Vilariño con el novelista uruguayo Juan Carlos Onetti, su gran y tormentoso amor



Gocemos de su profunda voz en estos inolvidables poemas.




Aldo Luongo


 
Amor
desde la sombra
desde el dolor
amor
te estoy llamando
desde el pozo asfixiante del recuerdo
sin nada que me sirva ni te espere.
Te estoy llamando
amor
como al destino
como al sueño
a la paz
te estoy llamando
con la voz
con el cuerpo
con la vida
con todo lo que tengo
y que no tengo
con desesperación
con sed
con llanto
como si fueras aire
y yo me ahogara
como si fueras luz
y me muriera.
Desde una noche ciega
desde olvido
desde horas cerradas
en lo solo
sin lágrimas ni amor
te estoy llamando
como a la muerte
amor
como a la muerte.





Nadia Lazizi





Carta II
 
Estás lejos y al sur
allí no son las cuatro.

Recostado en tu silla

apoyado en la mesa del café
de tu cuarto
tirado en una cama
la tuya o la de alguien
que quisiera borrar
-estoy pensando en ti no en quienes buscan
a tu lado lo mismo que yo quiero-.
Estoy pensando en ti ya hace una hora
tal vez media
no sé.

Cuando la luz se acabe

sabré que son las nueve
estiraré la colcha
me pondré el traje negro
y me pasaré el peine.

Iré a cenar

es claro.

Pero en algún momento
me volveré a este cuarto
me tiraré en la cama
y entonces tu recuerdo
qué digo
mi deseo de verte
que me mires
tu presencia de hombre que me falta en la vida
se pondrán
como ahora te pones en la tarde
que ya es la noche
a ser
la sola única cosa
que me importa en el mundo.

 

Nadia Lazizi



Como en la playa virgen
dobla el viento
el leve junco verde
que dibuja
un delicado círculo en la arena
así en mí
tu recuerdo.


 
Daniela Papadia




Decir no
decir no
atarme al mástil
pero
deseando que el viento lo voltee
que la sirena suba y con los dientes
corte las cuerdas y me arrastre al fondo
diciendo no no no
pero siguiéndola.



 
Eric Bowman




Dónde el sueño cumplido
y dónde el loco amor
que todos
o que algunos
siempre
tras la serena máscara
pedimos de rodillas.




Jon Boe Paulsen



Buscamos
cada noche
con esfuerzo
entre tierras pesadas y asfixiantes
ese liviano pájaro de luz
que arde y se nos escapa
en un gemido.



 
Hamish Blakely




Cuándo ya noches mías
ignoradas e intactas,
sin roces.

Cuándo aromas sin mezclas
inviolados.

Cuándo yo estrella fría
y no flor en un ramo de colores.

Y cuando ya mi vida,
mi ardua vida,
en soledad
como una lenta gota
queriendo caer siempre
y siempre sostenida
cargándose, llenándose
de sí misma, temblando,
apurando su brillo
y su retorno al río.

Ya sin temblor ni luz
cayendo oscuramente.




 
Francine Van Hove




Entre tus brazos
entre mis brazos
entre las blandas sábanas
entre la noche
tiernos
solos
feroces
entre la sombra
entre las horas
entre
un antes y un después.


 
 
Nadia Lazizi





Ya en desnudez total
extraña ausencia
de procesos y fórmulas y métodos
flor a flor,
ser a ser,
aún con ciencia
y un caer en silencio y sin objeto.

La angustia ha devenido
apenas un sabor,
el dolor ya no cabe,
la tristeza no alcanza.

Una forma durando sin sentido,
un color,
un estar por estar
y una espera insensata.

Ya en desnudez total
sabiduría
definitiva, única y helada.

Luz a luz
ser a ser,
casi en amiba,
forma, sed, duración,
luz rechazada.



Nadia Lazizi




Mi cansancio
mi angustia
mi alegría
mi pavor
mi humildad
mis noches todas
mi nostalgia del año
mil novecientos treinta
mi sentido común
mi rebeldía.

Mi desdén
mi crueldad y mi congoja
mi abandono
mi llanto
mi agonía
mi herencia irrenunciable y dolorosa
mi sufrimiento
en fin
mi pobre vida.




Melissa Mailer Yates



Escribo
pienso
leo
traduzco veinte páginas
oigo el informativo
escribo
escribo
leo.
Dónde estás
dónde estás.




Lynn Sanguedolce




Lo que siento por ti es tan difícil.
No es de rosas abriéndose en el aire,
es de rosas abriéndose en el agua.
Lo que siento por ti. Esto que rueda
o se quiebra con tantos gestos tuyos
o que con tus palabras despedazas
y que luego incorporas en un gesto
y me invade en las horas amarillas
y me deja una dulce sed doblada.
Lo que siento por ti, tan doloroso
como pobre luz de las estrellas
que llega dolorida y fatigada.
Lo que siento por ti, y que sin embargo
anda tanto que a veces no te llega.


 
Nadia Lazizi



No te amaba
no te amo
bien sé que no
que no
que es la hora
es la luz
la tarde de verano.
Lo sé
pero te amo
ahora te amo
hoy
esta tarde te amo
como te amé otras tardes
desesperadamente
con ciego amor
con ira
con tristísima ciencia
más allá de deseos
o ilusiones
o esperas
y esperando no obstante
esperándote
viendo
que venías
por fin
que llegabas
de paso.




Nadia Lazizi




Aquel amor
aquel
que tomé con la punta de los dedos
que dejé que olvidé
aquel amor
ahora
en unas líneas que
se caen de un cajón
está ahí
sigue estando
sigue diciéndome
está doliendo
está
todavía
sangrando.





Jeanne Duval




Si muriera esta noche
si pudiera morir
si me muriera
si este coito feroz
interminable
peleado y sin clemencia
abrazo sin piedad
beso sin tregua
alcanzara su colmo y se aflojara
si ahora mismo
si ahora
entornando los ojos me muriera
sintiera que ya está
que ya el afán cesó
y la luz ya no fuera un haz de espadas
y el aire ya no fuera un haz de espadas
y el dolor de los otros y el amor y vivir
y todo ya no fuera un haz de espadas
y acabara conmigo
para mí
para siempre
y que ya no doliera
y que ya no doliera.




Nikolai Lagoida



Buscamos
cada noche
con esfuerzo
entre tierras pesadas y asfixiantes
ese liviano pájaro de luz
que arde y se nos escapa
en un gemido.




Kazimiers Dzyga



Ya no será,
ya no viviremos juntos, no criaré a tu hijo
no coseré tu ropa, no te tendré de noche
no te besaré al irme, nunca sabrás quien fui
por qué me amaron otros.

No llegaré a saber por qué ni cómo, nunca
ni si era de verdad lo que dijiste que era,
ni quién fuiste, ni qué fui para ti
ni cómo hubiera sido vivir juntos,
querernos, esperarnos, estar.

Ya no soy más que yo para siempre y tú
Ya no serás para mí más que tú.
Ya no estás en un día futuro
no sabré dónde vives, con quién
ni si te acuerdas.

No me abrazarás nunca como esa noche, nunca.
No volveré a tocarte. No te veré morir.



Renso Castaneda


Espero que os guste y que estos versos os sacudan como con tanta vehemencia busca la lírica.

Un beso, amigos, hasta pronto.



BIBLIOGRAFÍA
  


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